ALMADRABA




LOS TRABAJOS DEL MAR

Como Eliseu Maifrén, pintor catalán que hizo su obra entre los siglos XIX y XX, Tomás Raja realiza su pintura con trazo de optimista luminosidad, más propio del colorista que del impresionista. Su realismo es iconográfico, pues la figuración humana siempre está presente, y es importante a la par que el tema: el mar, sus trabajos, sus tareas; el deslumbrante mar como una dimensión diferente de la tierra, y su complementarea.

Es dinámica la tarea de los pescadores en la almadraba, y acaso monótona, llena de abigarramiento; los azules celeste y marinos, los plateados y rosados de las criaturas marinas, el atuendo de los hombres, los colores encendidos de los tejidos relucientes y resistentes... Hay un no sé qué de impersonal en esas labores pesqueras, un anonimato no pretendido, un acatamiento artesanal de algo sin duda es mítico y propio de los pueblos costeros.  En las nórdicas Islas Lofoten, en puertos de la Antártida, en los bacaladales de Islandia, en Sumatra, en Madagascar, en el Mediterráneo entero, los trabajadores varían poco.  Desde los tiempos de los héroes de Herman Melville; desde más atrás, con Hannón, primer marino cartaginés, los hombres y el mar tienen una relación de vocación y necesidad, de aventura y esfuerzo, de laboriosidad bella y cruenta.

Paso a paso, los trabajos de la Almadraba  de Tomás Raja, son presentados con los perfiles y colores ajustados.  Es, el conjunto de la serie, un film espléndido, realista y simbolista a la vez, de unas costumbres antiguas que se perpetúan hasta un tiempo no calculado; y en arte como en la vida, nos son cercanas, cotidianas.  Raja pinta la humanidad y la animalidad, la mecánica de la pesca y su entorno, y todo ello en primer plano, pero nunca olvidando el paisaje, la luz policroma del mar y la paramera de la playa, el cielo dorado de un medio día en Mazaron, invernal o estival, pues no importa la variante climatológica a esa luz, que en realidad es la que el artista ha ido acumulando en su mirada, y utilizando a su debido tiempo en sus cuadros todos.

Si hemos aludido a un pintor clásico al principio, por su colorido luminoso, viveza y armonía del conjunto, no está demás asociar a Tomás Raja, y a su tersa e iconográfica pintura, con otros grandes artistas contemporáneos, también ya clásicos, como Hockney y Hopper; pero no tanto en el tema como en la gravidez de la imagen, que resulta una “esculturalización” de las formas.

Tomás Raja es un pintor joven (absolutamente al margen está la edad que tenga en años), pues ha sabido con la figura y la sombra marcar la presencia apabullante del sol, de la luz, los altazores y las construcciones simples de la costa, la palmera, la araucaria, los aromos y otros árboles y arbustos que tachonan las cercanías playeras.  Raja será joven en su pintura incluso cuando, ya clásica ésta, alzada y fija quede en los espacios de la intemporalidad.

SOREN PEÑALVER.








Descarga en el muelle, óleo - tela. 








Captura de melvas, óleo - tela.






Preparando para la lonja, óleo - tela.






Hechando hielo, óleo - tela.






Fin del copejeo, óleo - tela.





Capturando una lecha, óleo - tela.